Los accidentados
Aunque en la tradición general, el día en memoria de los accidentados se conmemora el 28 de octubre, en Ocotepec se celebra antes.
De acuerdo a la tradición oral, en Ocotepec Morelos, las ofrendas a los accidentados se colocan pasados dos días de la primera quincena del mes de octubre.
Se cuenta que durante la revolución, aproximadamente en 1913-1915, un grupo de pobladores fue fusilado por soldados en tierras que hoy pertenecen al barrio de Xalxogotepazola (Santa Cruz). Al año siguiente, para recordarlos se realizó una celebración religiosa católica y desde entonces se instauró por tradición, los días 17 y 18 de octubre en memoria de los accidentados en el Pueblo de Ocotepec.
La celebración del día 18 de octubre, coincide con la fiesta católica de San Lucas -El Evangelista-, quién según la información conocida, era médico y que los resultados históricos concluyen las causas de su muerte como desconocidas a una edad aproximada de 84 años, sin embargo, son pura coincidencia estas dos celebraciones.
La celebración en memoria de los accidentados se lleva a cabo -principalmente- los días 17 y 18 de octubre, y cabe mencionar que es más local pues son pocas las personas que salen el día 17 del mismo mes, a cerear a las casas en donde durante el transcurso del año (del 8 de octubre al 7 de octubre del siguiente año) una persona falleció a causa de un accidente (caída, choque, asesinato, etc).
Sin embargo el luto y el gasto es doble, por que aunque el 17 de octubre se hace ofrenda por motivo de que el difunto acaeció a causa de un accidente, el 31 de octubre o 1° de noviembre la familia vuelve a poner ofrenda nueva; dependiendo si era niño o adulto. Aunque esto ya queda a consideración de cada familia, algunas que colocan ofrenda de accidente, ya no colocan ofrenda pública el 31 de octubre o 1 de noviembre.
Al siguiente día, el día 18, aun de madrugada cuando Venus sigue iluminado en el cielo al oriente, por eso de las 5 de la mañana cuando las campanas de la iglesia retiñen, los familiares del finado accidentado acuden al panteón a adornar las tumbas con el adorno que se colocó en la casa de la ofrenda, se llevan las flores y ceras de la mesa, así como algunas otras que se juntaron de la cereada. Muy fielmente de acuerdo a la tradición, en punto de las 9 de la mañana se realiza una celebración litúrgica católica en la Capilla de la Candelaria, perteneciente al barrio de Tlanehui, a donde asisten los familiares y amigos mas cercanos de las personas de las ofrendas nuevas de los accidentados, aquí se dan cita los otros tres barrios. Cada casa de la ofrenda nueva, acude con sus fotografías, flores, velas, veladoras, un sahumerio con copal y alguna canasta o chiquihuite con ofrenda y llevan algunos cohetones; terminada la misa se dirigen al panteón a pasar un rato con sus difuntos, terminar de quemar las velas o veladoras que prepararon y más tarde como a eso de las 2pm, cada grupo de ofrenda se dirige a la casa en donde se colocó la misma para compartir los alimentos y repartirse el muerto.
También se recuerda el trágico destino que tuvo un autobús, pues se accidentó, cobrando así la vida de varios niños y adultos que ahí viajaban, algunos de los cuales eran avecindados del poblado. Con parte del dinero que la empresa de transportes entregó a los deudos y a las autoridades como indemnización, se construyó parte del bardeado perimetral del panteón viejo y la fachada, misma que hoy en día es muy conocida, la entrada principal tiene forma de arco y sobre este se puede leer la frase:
Lugar donde terminan las penas y comiensan los recuerdos…